El artefacto de lectura como sustitutivo del libro códice, y la escritura como novedoso modo acorde al espacio. Se debe investigar las propiedades de estos nuevos conceptos par poder aprovechar al máximo sus cualidades. El objeto tradicional, el libro que sustentamos con nuestras manos, que palpamos y acariciamos al paso de cada página modifica su carcasa, el artefacto se transforma en nuevos productos tecnológicos tales como el e-Book, los ordenadores portátiles o el iPad. Se transforma el modo de leer, de ver y de sentir. Debido a la mutación sufrida por el artefacto nos vemos en la obligación de adecuar la escritura explotando sus posibilidades, buscando nuevas formas de escribir para adaptarnos así al nuevo lector. Un lector sobreinformado que pide que la imagen tenga un papel en la escritura, que la información sea mas dosificada, cinestesia más variada, y una arquitectura distinta como el despliegue por pulsación del texto. Un lector adaptado a los nuevos juguetes digitales del mercado.
La obra sufre una modificación en este caso con algunos altibajos. Si hablamos de la autoría, es imposible evitar que un individuo ajeno altere la obra de soporte digital. Por lo que la garantía y el reconocimiento de autoría desaparece.
Por otro lado, las posibilidades que ofrece la obra digital como la intervención sobre la obra de lectores y coautores (escritura colectiva), y la permanente puerta abierta de actualización, son aptitudes muy positivas.
Finalmente el texto, el último concepto en mutar adopta a diferencia de la hoja de papel tres dimensiones. Denominado como hipertexto la unidad de escritura es la pieza multimedia (fotos, videos, textos, audios,…), su distribución es por pliegues y cada pliegue forma una pieza.
“El buen lector hace el buen libro.”
(Ralph Waldo Emerson)
Como podemos apreciar la innovación genera ciertas mutaciones que derivan en la obsolescencia de determinados objetos. Considero que la tecnología es sinónimo de evolución y progreso, pero como amante del coleccionismo y del objeto como individuo inerte cargado de connotaciones, siempre mantendré en mi interior el lado romanticista y materialista. Cada instrumento contiene su esencia artística e histórica, necesito saber mis orígenes para saber quien soy y quien quiero ser. Opino que no debemos perder la humanidad y reforzar nuestros sentidos, porque no hay nada más intenso que respirar profundo y sentir que nuestro futuro esta en nuestras manos.
“El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños.”
(Eleanor Roosevelt)
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